¿Eres de los que se preguntan cómo crear el hábito lector según las diferentes edades? ¿Consideras que la lectura es algo hermoso? Esto es algo que no podemos dudar. Pero a pesar de ello, hay numerosas personas a las que coger un libro y terminarlo les parece un trabajo difícil de superar. Seguro que tú mismo conoces a alguien así, estamos rodeados de ellos.
Aunque a ti te parezca algo como de historia de ciencia ficción, esto es muy frecuente. Para mí, existen numerosos factores que hacen a estas personas propicias de ello; puede ser desde que personas externas no hayan sabido cómo crear el hábito lector según las diferentes edades por las que han pasado, hasta que ellos mismos no hayan nacido predispuestos a ello.
A pesar de todo, hasta a estas personas de una manera u otra les gusta curiosear en las historias de un personaje y vivir con él todas las diferentes peripecias por las que pase. Es por ello por lo que, sabiendo elegir correctamente desde pequeños los libros a los que estén más inclinados, podremos conseguir auténticos milagros hasta del lector más terrible. Para ello, hablaré de cómo crear el hábito lector según las diferentes edades en las que se encuentre una persona. ¡Prueba a ponerlas en práctica con alumnos e hijos!
Contenido
Haz pruebas de cómo crear el hábito lector según las diferentes edades con las personas que realmente te importan
A lo largo de mi experiencia personal he descubierto la importancia de la lectura de la literatura clásica, por lo que este blog puede que peque un tanto de centrarme en ella. Pido disculpas de antemano y si podéis aplicar estas técnicas en otro tipo de libros, no dudéis en hacerlo.
A continuación, dividiré mi artículo de cómo crear el hábito lector según las diferentes edades en tres etapas: literatura infantil, juvenil y adulta. En ellas iré hablando de diferentes ideas que han ido surgiendo en mi mente tras mi experiencia personal y mis estudios filológicos. También recomendaré una serie de libros que considero interesantes a la hora de poner a alguien un libro en las manos.
Literatura infantil
Desde que somos pequeños nos quedamos fascinados con los cuentos que nos narran los mayores. ¿Quién no les ha pedido a sus padres que le lea uno antes de dormir? Este puede ser un buen comienzo. Intentemos no coger cualquiera, es decir, considero un fallo grave que nos acerquemos a una biblioteca y tomemos el que encontremos primero. Existen numerosos cuentos clásicos con los que dejar al niño con la boca abierta.
Entre las recomendaciones que os daría estaría el cuento de Los tres cerditos. El atractivo que tiene para un niño la historia de un lobo que quiere comerse a unos cerdos hasta el punto de que, para ello, destruya su casa con un fuerte soplido puede dejarlo realmente perplejo y, gracias a ello, conseguir que siga con gusto todas tus palabras.
Otros que son muy interesantes a la hora de contarlos a un niño son los de princesas. Todos tienen una estructura similar en la que la bruja/madrastra siente celos de esa chica y ambas entran en conflicto hasta que de una manera u otra la bondad acaba ganando. En muchos casos también vence el amor, pero esto es algo que ya está bastante superado en la actualidad. Si encontramos una versión en la que estos príncipes inútiles desaparezcan, nos daremos cuenta de lo poco que hacen dentro de ellos.
Ya en una edad más avanzada, cuando puedan leer por sí mismos, existen numerosas editoriales que hacen adaptaciones de obras literarias de gran calidad para olvidar que esto forma parte de cómo crear el hábito lector según las diferentes edades. La infancia no va a ser menos, tan solo hay que ver qué tipo de historias comienzan a parecerles de mayor interés y ponerlas en sus manos. Cuando crezcan, seguro que querrán leer la versión original de estos.
Entre mis recomendaciones se encuentra una pequeña colección de Anaya de diferentes clásicos adaptados llamada Clásicos a Medida en el que encontrarás títulos tan interesantes como El conde de Montecristo de Alejandro Dumas u Orgullo y prejuicio de Jane Austen.
Literatura juvenil
Si durante anteriores épocas hemos trabajado en cómo crear el hábito lector según las diferentes edades, tendremos mucho ganado para dar el siguiente paso. Si no, no estamos perdidos, pues esta práctica puede aparecer de un momento a otro.
Esta es la etapa en que se escucha tanto de su parte como por los que le rodean que los libros que tiene que leer deben ser con los que se sientan identificados. No sé hasta qué punto eso es así, es más, he visto como numerosos escritores intentan aprovechar esa idea para vender historias de peor calidad e incluso consiguen ser número uno en ventas.
Es importante, por lo tanto, que hagas un verdadero filtrado de ellos. Para no caer en el error, considero que es el momento propicio para darle libros originales de literatura universal. En esta primera etapa recomiendo dos tipos de libros en concreto: historias de aventuras donde el protagonista tenga que luchar para llegar al final a buen puerto o historias románticas en el sentido del amor más puro entre dos personas.
Estas pueden entremezclarse con otros géneros como son la ciencia ficción, el misterio o los dramas más intensos, pues no olvides que tanto la aventura como el amor son dos cosas que se comienzan a desear en esta época.
En cuanto al primer tipo, recomiendo encarecidamente los libros de Julio Verne. Estos son realmente apasionantes, los cuales no les dejará respirar en ningún instante. Para llamar la atención del niño puedes contarle que este escritor imaginó una serie de inventos impensables en su época, pero que en la actualidad están fabricados y todavía en uso.
Entre los libros del segundo tipo, tengo un título que podría encajar perfectamente: Mujercitas. La historia apasionante de estas hermanas, aunque extensa, puede embaucar a cualquiera. No es un libro romántico propiamente dicho, es algo más algo relacionado con el amor que se siente ante la familia, pieza muy importante en esa etapa de su vida. Además, en plena época feminista en la que estamos inmersos, es una lectura muy recomendable, pues la protagonista es una auténtica luchadora, alguien que quiere llegar a ser feliz sin necesidad de que esta se base en una persona.
Si, como he nombrado anteriormente, necesita un libro con el que sentirse identificado, no desesperes, tengo una buena noticia que darte: prueba con El guardián entre el centeno de J.D. Salinger. Este autor escribió la verdadera novela adolescente: un chico rebelde que intentan buscar un mundo mejor ante su miedo a hacerse adulto. ¿Qué mejor momento para que entiendan lo que implica la madurez futura?
Una vez que conozcamos mejor los gustos del niño, iremos dándole otro tipo de lectura gradualmente, es decir, subiremos el nivel de dificultad para ver hasta donde es capaz de llegar en la edad adulta.
Literatura para adultos
En esta última etapa de cómo crear el hábito lector según las diferentes edades surge el momento de hablar con él directamente sobre sus preferencias. Es la hora de que, en la mesa familiar, cuando se inicien las conversaciones, se introduzca el tema de la lectura.
Esta época puede ser más difícil que otras, pues ya no tienes el control sobre lo que elige. Los best sellers están por todas partes y no todos ellos son de calidad, estarán rodeados de gente que le recomendará libros que no son para nada buenos. Es por ello por lo que estas charlas vendrán genial para que sepa escoger con criterio.
Por tanto, háblale de por qué te gusta tal libro, de qué es lo mejor de este tipo de literatura, etc. Dale tu opinión más sincera sobre ellos, te lo agradecerá si después le dejas expresarse. Podéis aprender mucho el uno del otro.
A pesar de que no sea tan fácil darle un libro para que se pongan automáticamente a leerlo, puedes recomendarle lecturas que nunca imaginó acabar. ¿Qué tal probar con El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha? Al principio puede dar mucho miedo, pero su lectura es un auténtico placer. Por algo es la obra culmen de nuestra literatura.
También puede ser interesante proponerle un libro tan especial como es La metamorfosis de Kafka. Antes de esta época puede ser un libro un tanto escabroso para él, pues eso de que el protagonista sea un bicho no es nada agradable. Antes de que se ponga con la lectura, explícale en una de vuestras charlas el simbolismo tan importante del libro.
Por qué he llegado a estas conclusiones de cómo crear el hábito lector según las diferentes edades, mi experiencia personal
Desde pequeña mis padres han sido unos auténticos luchadores, no han parado hasta conseguir despertar el hábito lector en mí. Este no ha sido un camino fácil para ellos, pero tenían una gran voluntad: mi padre siempre ha sido un auténtico devorador de libros y mi madre, aunque ya no lea tanto, ha tenido charlas sobre literatura conmigo desde que tengo memoria.
En mi infancia leía y leía, pero una gran parte de ellos eran los libros obligatorios del colegio en el que las historias eran artificiosas, estaban mal hechas y eran poco interesantes. Todavía recuerdo todas las numerosas fichas de lectura con la pregunta “¿qué puntuación le darías a este libro?”. Tengo en la memoria cómo a la mayoría les ponía un auténtico cero, bien redondo.
Viendo esto, ocurrieron dos cosas: con 10 años un profesor al que estaré eternamente agradecida me apartó en uno de los recreos y me preguntó que por qué les ponía esa baja nota a tantos libros y le respondí que realmente me aburrían. En vez de pensar que era una mala lectora, vio algo en mí y me prestó La isla del tesoro. Aunque tardé mucho en leerlo, lo amé. Viendo esto, mi padre empezó a darme libros de Julio Verne en verano, los cuales fundía en pocos días.
Así, entre las charlas y las recomendaciones, descubrí que amaba la literatura de aventuras. Los tres mosqueteros se convirtió en mi libro favorito durante años. Pero como este género no es el favorito de mi madre, decidió regalarme Mujercitas, otro de los libros de los que hablo en este blog. Fue amor a primera vista, un auténtico flechazo.
A partir de aquí, comencé a descubrir otros géneros diferentes hasta llegar al culmen de mis gustos con tan solo 15 años, la literatura romántica. Goethe y Bécquer son mis escritores de cabecera. La intensidad de este movimiento literario hace que caiga rendida a sus pies.
Por todo esto la literatura se convirtió en algo realmente tan importante para mí hasta el punto de hacerme la mujer de letras que soy ahora. El instituto tuvo también parte de influencia en mí gracias a la menospreciada asignatura de Literatura Universal, en la cual descubrí por mí misma qué libros podía leer sin la necesidad de preguntar a mis padres, algo muy importante en la etapa de la madurez.
Todo esto también influyó mucho en la elección de mi carrera, Filología Hispánica, de la que salí un tanto decepcionada por la sensación de que había pocas asignaturas que había sobre este tema. Una pena que no encontrase a mi disposición una carrera solo de ello, seguramente mi experiencia académica hubiese sido más destacada. A pesar de todo, me siento orgullosa de haberla hecho, he aprendido muchísimo sobre nuestro idioma.
Las conclusiones de una febril lectora
Entre lo que he observado y toda esta historia sobre mi experiencia personal he conseguido idear estas “técnicas”, si es que merecen llamarse así, de cómo crear el hábito lector según las diferentes edades.
Es verdad que el cómo crear el hábito lector según las diferentes edades depende en gran parte de la persona a la que se lo apliquemos. Junto a ello, no he tenido todavía la experiencia de poder destinar mi conocimiento a nadie, pero creo que pueden ser ideas para empezar a trabajar. Espero que os pueda resultar útil lo expuesto. Me encantaría recibir vuestras opiniones sobre ello para crear un mundo de lectores ávidos.
Aunque hay libros que uno espera más y decepción como el legado maldito (guión obra teatro) pero mínimo leo 1 libro mensual
Qué alegría que leas tanta cantidad. Es un orgullo ver que seguimos leyendo.